Al fin he cedido ante la cruda realidad, y como está visto que esto es lo más cómodo y sencillo...A pesar de lo mal que me caen los petardos pedantoides de los putos blogs, he tenido que renunciar una vez más a mis principios morales y admitir que es mi única manera de tener una web decente sin tener que dedicarme a programar ni marear.
Prometo no dedicarme a la filosofía barata ni poner si me gusta tal o cual película, hablar de tal o cual estúpido o meterme de nuevo con quien toque. No actualizaré jamás este blog (¡qué duro es admitir que ya tengo uno!). Así que si véis que va cambiando será por algo decente que añadir o anunciar, por bacilar o molestar y no por puro afán onanista.
Espero.
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